Desde Italia a Madrid: una experiencia Erasmus+ entre inglés y soft skills
- Giulia Martina
- Jun 30
- 5 min read

Durante los meses de mayo y junio, nuestra academia tuvo el privilegio de acoger a dos grupos de estudiantes del Instituto Marconi de Piacenza (Italia), gracias a una valiosa iniciativa del programa Erasmus+ NextGenerationEU. En total, 60 jóvenes participaron en dos cursos intensivos de inglés centrados en el desarrollo de soft skills, esas habilidades blandas o interpersonales que hoy son imprescindibles para el mundo laboral.
El primer curso, celebrado en mayo, reunió a 22 estudiantes; en junio, recibimos a un segundo grupo de 38 jóvenes entusiastas. En ambas ocasiones, los participantes tuvieron una inmersión en un entorno dinámico y colaborativo, donde el inglés fue el idioma de trabajo y de crecimiento personal.
Durante su estancia, nuestros queridos profesores de inglés trabajaron de forma activa y dinámica en áreas como trabajo en equipo, creatividad, colaboración, gestión del tiempo y liderazgo.
Nuestro objetivo común fue hacer posible que las clases resultaran lo más amenas posible y, para lograrlo, decidimos sustituir el típico modelo de clase frontal y diseñamos algunas actividades dinámicas e interactivas, que motivaran al alumnado a participar activamente y a aplicar los contenidos explicados brevemente en clase.
Pero, ¿cuáles fueron las actividades que preparamos para los estudiantes? ¡Seguid con la lectura de este artículo para descubrirlo!
El Retiro como aula: creatividad en acción
Con la llegada del buen tiempo, decidimos aprovechar uno de los pulmones verdes más emblemáticos de Madrid: el Parque del Retiro. Este espacio no solo ofrecía un entorno agradable al aire libre, sino que también representaba una excelente oportunidad para fomentar la creatividad y el trabajo en equipo fuera del aula.
La actividad principal consistió en un reto de construcción: los estudiantes, organizados en pequeños grupos, recibieron materiales sencillos como palitos de madera, cuerdas de esparto y cinta adhesiva. Su misión era clara: ¡construir la torre más alta y estable posible! Pero no se trataba solo de construir por construir. Antes de comenzar, cada grupo tuvo que planificar su diseño, distribuir roles dentro del equipo y pensar estratégicamente cómo utilizar los materiales de la mejor manera posible.
Durante la actividad, observamos cómo los participantes ponían en práctica habilidades como la comunicación eficaz, la resolución de problemas y la toma de decisiones bajo presión. Además, trabajar en un entorno diferente, rodeados de naturaleza, aportó un aire fresco a la experiencia de aprendizaje y favoreció una mayor implicación por parte de los estudiantes.
Al final, cada grupo presentó su torre explicando el proceso de construcción, los retos encontrados y cómo los habían superado. El resultado fue una actividad enriquecedora y divertida, en la que todos aprendimos algo más sobre nosotros mismos y sobre el poder del trabajo en equipo.

Descubriendo el centro histórico para alcanzar un objetivo común
Otra de las actividades estrella fue una treasure hunt por el centro histórico de Madrid, diseñada con el objetivo de fomentar la cooperación, la comunicación estratégica y la resolución de preguntas en un contexto real y estimulante. Desde la icónica Puerta del Sol hasta la histórica del Hotel de Villa, los estudiantes recorrieron las calles más emblemáticas de la capital mientras seguían una serie de pistas e indicios que los guiaban de un punto a otro.
Divididos en equipos, los participantes recibieron un mapa con instrucciones generales, además de una hoja de ruta con algunas preguntas sobre los sitios históricos más conocidos de la ciudad a las que debían contestar para avanzar. Cada pregunta exigía atención al detalle, pensamiento creativo y, sobre todo, una buena dosis de colaboración. A lo largo del recorrido, tuvieron que identificar monumentos, preguntar a los locales y contestar de forma correcta a las preguntas en inglés, lo que también incentivó la cohesión y el espíritu de equipo.
Lo que parecía un simple juego se convirtió en una valiosa herramienta de aprendizaje. Los estudiantes no solo reforzaron su vocabulario en inglés en un contexto real, sino que también practicaron habilidades clave como la gestión del tiempo, la planificación conjunta y la resolución de conflictos.
Al final del día, además de haber descubierto rincones históricos de Madrid, los grupos compartieron sus experiencias, reflexionaron sobre el proceso vivido y celebraron los logros alcanzados. Sin duda, una actividad que transformó la ciudad en un aula viva y demostró que aprender también puede ser una aventura divertida.

Arte contemporáneo, soft skills y video-making
Llevamos a cabo una actividad innovadora que integró el arte, la expresión oral y la creatividad digital en un entorno inspirador: el emblemático Museo Reina Sofía, uno de los referentes del arte contemporáneo en Europa. Allí, los estudiantes vivieron una experiencia educativa diferente y estimulante que combinó la observación artística con el trabajo en equipo y la producción audiovisual.
Divididos en grupos reducidos, los participantes recibieron una misión clara pero desafiante: explorar el museo, analizar una obra de arte que se les asignó y grabar un breve vídeo en inglés en el que explicaran el cuadro. Para ello, podían adoptar diferentes roles: desde historiadores del arte que analizaban el contexto y significado de la pieza, hasta turistas curiosos que simplemente compartían sus impresiones personales de forma espontánea y creativa.
El tiempo era limitado, lo que añadió un componente de presión y gestión eficaz del tiempo. Los grupos tuvieron que moverse rápidamente entre las salas, tomar decisiones en poco tiempo y coordinar la grabación de sus vídeos, todo mientras interactuaban dentro del entorno del museo y respetaban las normas del espacio.
Esta actividad, además de reforzar el uso del inglés en un contexto real y auténtico, permitió a los estudiantes desarrollar habilidades blandas como la comunicación clara, la improvisación, el liderazgo compartido y la creatividad audiovisual. Cada grupo presentó su vídeo al final de la jornada, compartiendo no solo el contenido grabado, sino también sus reflexiones sobre el proceso: cómo describieron la obra, qué dificultades encontraron al grabar y cómo lograron ponerse de acuerdo en poco tiempo.
El resultado fue una mezcla vibrante de ideas, voces y miradas personales sobre el arte contemporáneo, y una prueba más de que aprender inglés y desarrollar habilidades sociales puede ser una experiencia tan divertida como enriquecedora.

Primeras experiencias como emprendedores.
Para cerrar el curso con una actividad lúdica pero significativa, organizamos una dinámica centrada en el emprendimiento, el trabajo colaborativo y la expresión oral en inglés. En esta ocasión, los estudiantes se dividieron nuevamente en pequeños grupos y recibieron una consigna clara: imaginar un producto o servicio innovador, como si fueran verdaderos emprendedores.
La tarea consistió en desarrollar una idea desde cero, poniéndole un nombre, funciones principales, público objetivo y valor añadido. Además, debían diseñar un logo atractivo y preparar un cartel colorido que representara visualmente su propuesta. Este soporte gráfico debía acompañar una breve presentación oral en inglés, durante la cual explicarían al resto de la clase en qué consistía su producto o servicio, qué problema resolvía y por qué debía “invertirse” en él.
Esta actividad, aunque planteada en un tono divertido y relajado, implicó un alto grado de creatividad, planificación y pensamiento crítico. Los estudiantes tuvieron que negociar ideas, repartir tareas, tomar decisiones rápidas y ser capaces de explicar su proyecto de forma clara, convincente y estructurada, usando el inglés como lengua vehicular.
Los resultados fueron sorprendentes: desde dispositivos ecológicos y aplicaciones para mejorar la salud mental hasta servicios personalizados para mascotas o soluciones tecnológicas para estudiantes. Cada grupo aportó una visión única, combinando imaginación, humor y reflexión sobre necesidades reales de la sociedad actual.
Fue, sin duda, una forma inspiradora y original de cerrar el curso, celebrando la creatividad y el aprendizaje compartido.

Estas fueron solamente algunas de las actividades que hemos preparado para nuestros estudiantes italianos. Si trabajáis en un instituto o conocéis a alguien que podría estar interesado en participar en un proyecto Erasmus+ de este tipo, no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Estaremos encantados de colaborar y seguir creando experiencias educativas tan enriquecedoras como estas.
Commentaires