Nuestro viaje a Basilicata

Este año muchomasqueidiomas.com ha propuesto un viaje de inmersión lingüística en Italia, concretamente a  Basilicata, y una docena de entusiastas estudiantes no hemos dejado pasar la oportunidad. Y que fortuna la nuestra, ¡nos lo hemos pasado fenomenal! Hemos recorrido una región que nos ha sorprendido por la belleza de sus paisajes, la calidez de su gente y una riqueza cultural que echa por tierra el estereotipo de que Basilicata es solo una tierra  de colinas y ovejas. 

Craco, ¡la ciudad fantasma!

Metaponto

Cada actividad propuesta fue una ocasión de profundizar desde ángulos diferentes  en la historia, las costumbres y las realidades de los lugareños. Los museos, iglesias, el recorrido las ciudades a pie (incluida una ciudad fantasma) y los distintos  talleres a los que hemos asistido han sido muy interesantes: hemos aprendido a hacer cerámica, pan, pasta y hemos degustado vinos y aceites, y cada experiencia nos ha acercado más a las tradiciones de esta región y de sus habitantes…¡Ah! ¡y además  nos hemos dado un baño en el Mar Jónico!

Laboratorio del pan

Destacable el nivel de los guías locales, que lejos de ser “máquinas reproductoras de datos”, fueron generosos, entusiastas y simpáticos en su manera de presentar la información durante el viaje y también  muy receptivos a nuestras preguntas (variadas y no pocas). Creo que son tan conscientes de vivir en una región prácticamente ignorada, que valoran y aprecian a aquellos que nos acercamos con verdadero interés.  Y ésta es una característica general de la gente de Basilicata, que se sorprendió más de una vez de ver a un grupo de españoles que se toma el trabajo de hablar italiano. La gente es sencilla pero auténtica, no te tratan como a un turista más , te hacen sentir bienvenido, están pendientes de ti e intentan resolver y ayudarte en lo que está en su mano, y siempre con buen humor y una sonrisa .

Párrafo aparte merece la gastronomía….¡todo exquisito! Hemos comido rico, variado y abundante. La idea del viaje era comer a kilómetro cero, pero hemos conseguido acortar las distancias y ¡hacerlo casi a centímetro cero! Hemos probado platos típicos caseros elaborados con los ingredientes del lugar: embutidos, quesos, entrantes,  distintas pastas hechas a mano con diferentes salsas (y no precisamente las más conocidas). Hemos atacado/devorado lo que nos han puesto delante y no hay plato que nos haya defraudado. Que Italia en gastronomía es mucho más que pizza y macarrones, ya lo sabíamos, ¡pero hemos podido comprobarlo in situ y en persona!

Ojalá mis palabras reflejan cuan agradecida y  feliz que estoy de haber podido concretar esta experiencia inolvidable y de haberla podido compartir con  cada uno de los integrantes del grupo (los autoproclamados “I Cruschi”). Todos y cada uno ha puesto lo mejor de si y hemos sido capaces de convivir en armonía y disfrutar y compartir cada momento. Un GRACIAS enorme alla nostra Romina, ideóloga y artífice de esta aventura, quien nos ha acompañado durante  ocho días, con su simpatía y sonrisa permanentes.

Carola Burgwardt Mina

Posted in La columna italiana.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *