Aprender idiomas, quando se torna um prazer e quando se torna um sofrimento?

Quantas vezes já pensamos em aprender um idioma novo? Ou porque vamos visitar um país e achamos interessante falar o idioma local. Ou então, porque vamos a trabalho e queremos aprender, ou melhor, devemos aprender a pedido d a empresa onde trabalhamos. Mas também, existe o caso quando vamos morar num novo país e então queremos aprender a língua local para
socializarmos melhor com os nativos deste novo país.

Claro, que ainda existem outros motivos para aprender um novo idioma: pela música que nos encanta, por amor a esta cultura e língua (eu, por exemplo, tenho um desejo secreto de falar francês pelo amor e admiração a este país, cultura e gente!). Outros motivos, podem ser um romance à distância (e se mantem a comunicação por carta ou mais atual, por redes sociais). Que outros motivos podemos ter? São tantos e seguro que ao longo dos dias, vou
encontrando outros…

E importa muito o motivo: afinal ele é o grande fator de motivação para se aprender um novo idioma. Quando é por motivo emocional, como um romance, um desejo de se comunicar melhor ou por admirar a cultura e a língua, parece ser mais incentivador. Mas também, quando é por trabalho ou para se conectar com a população local, também se percebe uma grande vontade de avançar e praticar a fluência.

Uma coisa é certa: é muito mais divertido e eficiente aprender um idioma novo, e neste caso, exemplifico citando o Português, com uma metodologia de imersão linguística. Por que? Pela facilidade do método aprender fazendo, ou seja, vou adquirindo fluência na língua e também conhecendo os aspectos culturais do idioma, as pessoas nativas, o cinema em Português, a culinária típica, os grandes autores desta literatura tão cativante!

E quer saber mais um recurso para se aprofundar nesta língua encantadora? Um curso de Crescimento Pessoal, com ensinamentos baseados na Inteligência Emocional onde através de reflexões, debates em grupos e exercícios de introspecção, aprendemos um pouco mais de si mesmo (a) ao mesmo tempo que praticamos o idioma e criamos conexão com os outros
participantes do grupo. Não é uma ótima ideia? E nada melhor, com um complemento de outras atividades culturais deste maravilhoso universo Brasil- Portugal!

 

Las tradiciones navideñas

Está llegando la Navidad, ya se empiezan a ver las luces, las decoraciones y a sentir los olores típicos de este mágico periodo.

Ya sabemos que el día de Navidad se celebra en muchísimos países del mundo, pero cada uno tiene sus propias tradiciones y costumbres enraizadas en la cultura. De hecho, con este artículo, queremos ilustraros algunas de las más hermosas tradiciones navideñas en los países de los idiomas que enseñamos: español, italiano, alemán y portugués.

Día de los Santos Inocentes

En la cultura española, aparte de las tradiciones navideñas más comunes, algo que seguramente sorprenderá a turistas y extranjeros es el Día de los Santos Inocentes que se celebra el 28 de diciembre. Esta fiesta ahora es un día de bromas y mucha alegría, pero su origen no es tan feliz. Deriva, de hecho, de la matanza de los niños que el Rey Herodes I ordenó justo el 28 de diciembre en Belén, con el fin de matar al futuro Mesías que acababa de nacer y rey de Israel, Jesús de Nazaret.

Esta fiesta es una fusión de lo cristiano, representado por la iglesia y su conmemoración de los niños asesinados, llamados los Santos Inocentes, y lo pagano, ejemplificado con la “fiesta de los locos” donde todo vale y está permitido.

Pesebre de Greccio

Para tratar la segunda tradición nos movemos a Italia, lugar de nacimiento del pesebre. En 1223, durante la misa nocturna de navidad, con el permiso del papa Onorio III, San Francisco de Asís representó por primera vez el nacimiento del niño Jesús. Esta representación simbólica fue realizada en el Monasterio de Greccio, un pequeño pueblo cerca de la ciudad de Rieti en Lazio, con personajes y animales vivientes.

En el año 1292, Arnaldo di Cambio, un famoso escultor, realizó el primer pesebre en Italia con esculturas y, a partir del siglo XIV, los belenes empezaron a difundirse en el resto de Europa. En España, su difusión se remonta al siglo XVIII y se debe al rey Carlos VII de Nápoles que, convertido en rey de España, difundió el pesebre a partir de la aristocracia española.

Hoy en día, en Greccio, cada año se recuerda el primer pesebre realizado, con una gran representación teatral con actores, diálogos y disfraces.

San Nicolás y los Krampus

En los países de habla alemana, cuando se habla de Navidad, lo que se imaginan la mayoría de los niños es la figura de Sankt Nikolaus, un obispo del siglo IV, que de hecho inspiró la creación de Papá Noel.

En Austria y en las ciudades italianas cerca de la frontera de Austria, el 6 de diciembre se celebra la llegada de Nicolás: los niños dejan sus zapatos limpios fuera de la puerta de casa para que pase el santo y deje dulces, galletas y chocolate, pero solamente a los niños que se han portado bien. A la víspera del día de San Nicolás, bajan desde las montañas hasta el centro de la ciudad los Krampus, monstruos mitad cabra mitad demonio con cencerros en el cuello y armados con ramas de árbol. Esas figuras rodean el carro de San Nicolás y asustan a los niños para recordarles que se tienen que portar bien.

Festa dos Rapazes

Por último nos vamos a Portugal para descubrir una tradición muy curiosa de la región de Bragança, la Festa dos Rapazes, llamada también Fiesta de los Chicos, que simboliza la transición a la vida adulta.

En algunas aldeas, el 25 y el 26 de diciembre, los jóvenes solteros de aproximadamente 16 años, se reúnen y se disfrazan con máscaras para prepararse para la fiesta que consiste en un conjunto de rondas, misas, bailes y cantos. Junto con los músicos y los mayordomos, encargados de supervisar las actividades, recorren las calles pidiendo una contribución para dicha fiesta. Participan en la Misa del Gallo, y luego se exhiben enfrente de los ciudadanos con cantos populares y episodios irónicos de crítica social. Al final, hacen pruebas físicas para elegir a los mayordomos del año siguiente.

Trucos para aprender idiomas

Por Elena Gil García

Si has estudiado algún idioma o más de uno sabrás las dificultades que conlleva. A veces, aprender las reglas gramaticales propias de cada lengua resulta un poco tedioso. Para que no tires la toalla y sigas aprendiendo, queremos proponerte una serie de consejos que puedes poner en práctica:

  1. Hablar y perder el miedo

Parece obvio pero a veces no se hace el suficiente hincapié en lo evidente. Una de las mejores formas de aprender un idioma es practicarlo. En ocasiones, por timidez o vergüenza, nos bloqueamoshablar y no conseguimos articular palabra, esto es porque los nervios nos juegan malas pasadas. Por ello, lo mejor que puedes hacer es ir perdiendo el miedo y conversar es una de las mejores formas de hacerlo. Dialogar involucra varios factores: escuchar al interlocutor, entender lo que dice y estructurar en tu mente lo que quieres decir. Al principio va a ser más costoso pero, poco a poco y con la práctica irás ganando fluidez y eso te dará seguridad. Es importante también que pierdas la vergüenza a equivocarte porque cuanto más hables, más fácil te será todo.

  1. Practica en tu cabeza

No, no nos hemos vuelto locos. El lenguaje se procesa en nuestra mente. ¿Nunca has hablado contigo mismo? Seguro que sí, aunque sea inconscientemente. Mantener una conversación, imaginar una situación con sus preguntas y posibles respuestas, y hacerlo en otro idioma, es un excelente ejercicio para practicar y ganar fluidez. Así que ya sabes, cuéntate a ti mismo el día que has tenido, la lista de la compra o la opinión sobre la última película que hayas visto. Cualquier pequeño detalle es importante y te ayudará a ir asentando bases y a mimetizarte con el idioma.

  1. Escucha y Lee

La práctica hace al maestro pero no hace falta caer en ejercicios repetitivos o aprendizajes tediosos. Una buena forma de pasar el rato y aprender es viendo películas o series en versión original con subtítulos. Si eres un apasionado de la música o si te gusta alguna canción, una buena forma de aprender es buscar la letra, leerla y consultar en el diccionario las palabras que no conozcas, así irás ganando vocabulario de una forma entretenida.

Leer a veces puede resultar aburrido, sobre todo si se trata de textos densos, pero es importante hacerlo. Por eso, busca cualquier texto que sea de tu interés. No hace falta que empieces con algo de mucha extensión, lo importante es que intentes leer, aunque sea, unos párrafos al día y que cuando lo hagas te concentres. ¡Nada de mirar el WhatsApp o internet cada dos por tres!

  1. Usa la tecnologíaidiomas

Vivimos en la era de la digitalización, todo tiene un factor tecnológico y aunque a veces puede ser una moneda de doble cara, en este caso te puedes beneficiar de ella. Hoy en día existen numerosas aplicaciones para aprender idiomas y vocabulario, algunas incluso te ofrecen la posibilidad de hablar con personas de distintas partes del mundo con las que, seleccionando previamente el idioma, puedes ponerte en contacto y tener charlas online.

Hay también diccionarios interactivos que puedes consultar con tan solo un clic y de manera gratuita e incluso puedes descargarte la radio de otros países para escucharla mientras haces cualquier otra cosa. Aprovecha los recursos de internet para sumirte en los entresijos de los distintos idiomas.

  1. Busca grupos de intercambio o clases de conversación

Una buena forma de estar en contacto con una lengua nueva es conocer gente. Para ello, puedes buscar grupos de intercambio donde la gente se reúne en un ambiente distendido. Al estar relajados surgen temas de conversación de todo tipo por lo que puedes practicar vocabulario, frases hechas y ganar confianza para expresarte en público. Las clases de conversación son también una buena opción ya que te permiten hablar y relacionarte (recuerda el primer punto: hablar, hablar y hablar).

Esto son solo algunos trucos que puedes tener en cuenta a la hora de ponerte con una lengua extranjera. Obviamente no todas las personas somos iguales ni tenemos los mismos intereses pero, sin duda, hay cosas clave a la hora de iniciar un proceso de aprendizaje.

En resumen: ¡hablad, leed y escuchad!